El pasado viernes 8 de febrero me acerqué a la REM a ver a La Plata. Reconozco que fui al concierto por salir un viernes por la noche y hacer algo con un amigo. He de admitir que conocí a La Plata en el pasado Warm Up y admito también que fui al concierto del sábado para comprobar si lo que vi en ese Warm Up era sólido o fue fruto del pad thai de la cena y la necesidad que tenía ese fin de semana de mayo de ver algo esperanzador. Aclaradas estas premisas, confieso también que la puesta en escena de los valencianos supera con creces todas las expectativas que había puestas en ellos.
Sobre el escenario se les ve confiados pero cautelosos, como si fueran plenamente conscientes que, si juegan bien sus cartas, sus canciones pueden tener un efecto demoledor (metafórica y casi literalmente) en la sala. Son buenos con su instrumento (las líneas de bajo de La Plata deberían reivindicarse mucho más a menudo) y sobre el escenario tienen esa mezcla de buen rollo y concentración que hace que un concierto vaya rodado.
Los que conozcáis la REM sabréis que hay una columna disfrazada de ascensor desafortunadamente colocada en el centro de la pista. Tomando esto como punto de referencia, desde dicho ascensor hacia delante el público de la sala (bastante abundante y heterogéneo) se transformó en un remolino, por decirlo sutilmente, durante casi la totalidad del concierto. “Fracaso”, “Tu cama” o “Miedo” hicieron que saltara por los aires toda la energía y la expectación acumuladas en las dos horas previas, lo cual había sido obra de Sierra y Airon Jazz Quartet Band Trio.
Semejante exaltación tuvo descanso únicamente en dos ocasiones. La primera de ellas, cuando soltaron “Me voy”, que fue otro punto álgido pero esta vez no de rabia, sino de sentimiento. Entre el público, los mismos que hace 3 minutos saltaban unos contra otros, ahora gritaban que se iban y que lo sentían con un nudo en la garganta.
El otro remanso de paz del concierto ocurrió cuando La Plata decidieron regalarnos un buen compendio de temas nuevos. Tras la valiente propuesta de abrir el setlist con una canción aún desconocida pudimos escuchar varias de estas novedades a lo largo de la noche, momentos en los que los espectadores nos dedicamos a mirar atentamente hacia el escenario tratando de retener todo lo posible, para intentar así adivinar por dónde irán los tiros de los valencianos en su próximo trabajo. Por el momento, he de decir que lo que pudimos escuchar en la REM hace unos días sonaba muy bien. Según parece, todo apunta a que en abril tendremos nuevo álbum.
El pasado viernes vimos un directo de esos que borran todas aquellas cosas que se han convertido en rutina, todo aquello que tienes tan interiorizado que ya no eres consciente de que te llena de hastío y aburrimiento. El de La Plata es un directo de los que hay que ver cuando necesitas acabar bien una semana mediocre, que su explosión se lleve todo lo que te ha desesperado durante estos últimos días, semanas o meses.