El primer día fuerte del nuevo festival murciano, el WAM, comienza con Kuve y Los Enemigos. De un lado del recinto nos llegan los sonidos más melódicos y poperos de la primera y del otro el rock más clásico de los segundos. Nos decantamos por Los Enemigos para amenizar la espera hasta Viva Suecia. El problema con Los Enemigos es que tienes que haber crecido con ellos de fondo. Todo el público frente al escenario Thunderbitch asocia a sus canciones recuerdos de juventud, infancia o viajes en coche con sus padres. En mi casa nunca fuimos de Los Enemigos, de modo que no acabo de conectar con sus temas y me dejan más indiferente que interesada.
Sin más dilación, ponemos rumbo al escenario Estrella de Levante. Los locales Viva Suecia son los encargados de abrir el escenario grande de La Fica tras la cancelación de Sidonie el día anterior por causas de fuerza mayor. El concierto de los suecos-murcianos comienza fuerte pese a la responsabilidad de sustituir a Sidonie, pero pronto queda enturbiado por el comunicado de última hora que nos da el WAM: el concierto de Joe Crepúsculo de esa misma noche queda cancelado. Los temazos del tecno-cantautor barcelonés suenan como flashazos en nuestro catálogo musical mental y somos conscientes de que esta noche no escucharemos maravillas como “Mi fábrica de baile” o “Pisciburguer”. Nos acordaremos de ellos en cada uno de los conciertos del festival hasta tal punto que esta podría ser la historia de cómo acabamos gritando canciones del Crepus cada media hora aproximadamente.
Con el corazón roto por la noticia, tratamos de quitarle hierro al asunto dejándonos llevar por el directo de Viva Suecia, un directo en el que nos transmiten toda la intensidad, energía y emoción de las canciones de sus dos discos. Un concierto correcto hasta el final, con picos de intensidad hasta el cierre con “Hemos ganado tiempo”, una canción que olía a espíritu festivalero desde el single. Una gran inauguración del escenario grande.

Viva Suecia (WAM) por Lola López
El solape de Pablo Und Destruktion y Niños Mutantes nos da directo en el corazón. Entre el espíritu subversivo y oscuro del asturiano o las clásicas melodías indies de los granadinos, me decanto por el regreso a Murcia de Niños Mutantes para poder tacharlos de mi lista de pendientes por ver mientras el resto de mis acompañantes se van a ver a Pablo a la otra punta del recinto. Mientras me planteo si la alternativa del grupo soy yo o son mis amigos, Juan Alberto Martínez, voz del grupo, explica cómo su última visita a la Región supuso un punto de inflexión para la banda tras 20 años de trayectoria musical y de ahí salió “Diez”, su nuevo disco, cuyos temas alternan con algunos de los más conocidos como “Te favorece tanto estar callada” y “Las noches de insomnio”.
Tras escuchar el himno que es “Errante” y ya en paz con mi lista de cosas pendientes, atravieso una marabunta de público poco entregado para acercarme al escenario Punta Este donde Pablo Und Destruktion está ya en la recta final de su concierto. No son muchos los valientes que se han acercado a su verle y en las primeras filas, a una distancia prudencial, encuentro a mis amigos en plena catarsis, con los ojos cerrados y la cabeza caída.. Solo son necesarias un par de canciones para que me cale hasta los huesos toda la rabia y la intensidad de las canciones del asturiano. Un artista que hace lo que quiere, complejo, que no te lo va a dar todo mascado. Eres tú quien va a esforzarse por llegar a Pablo Und Destruktion y no él quien te va a poner las cosas fáciles. Pero si eliges hacer el esfuerzo de meterte en sus discos, no hay marcha atrás.
Toman el escenario Estrella de Levante Future Islands, los cabezas de cartel del día. Del Coachella a Murcia, rezaba la promoción, pero yo voy a ciegas. “Si son cabezas, sabrán ganarme”, pienso, pero no consigo entender su mezcla de guitarras pop y aires indies con voces duras y hasta guturales. Apenas han tocado un puñado de canciones cuando me sorprendo a mí misma más concentrada en calcular la equivalencia entre tokens, euros y cantidad de comida para tratar de averiguar por cuánto me va a salir la broma de cenar en el festival que en el directo más bien plano de Future Islands. Y eso no es buena señal. Aun así, les doy un voto de confianza: quizá son monótonos, quizá la culpa es mía por no llevarlos escuchados de casa.

Belako (WAM) por Lola López
Llega el turno de uno de los conciertos más esperados del día. Nos congregamos en la explanada del escenario Thunderbitch bien apretados y salen a escena Belako. Dispuestos en fila en el escenario, necesitan un par de canciones para arrancar y meterse al público en el bolsillo. Cris, voz y teclado, explica que llevan seis meses sin tocar y para compensarnos por la espera tocan “Render me numb”, tema que han lanzado hace apenas unas horas y que supone el primer adelanto del que será su siguiente disco. El público está entregado y le agradece la vuelta a los escenarios a la banda de la mejor manera posible: acompañando su ruidoso postpunk con pogos. La voz de Cris suena más potente que nunca, perfectamente en sintonía con la energía casi animal que tienen sobre el escenario, Josu se retuerce sobre la guitarra y el bajo de Lore hace botar y chocar los hombros de todo el mundo.
En el escenario principal empiezan White Lies, los otros anglosajones grandes de la noche, que, a diferencia de sus predecesores, consiguen enganchar a su público fácilmente, incluso a los que (sí, otra vez) no hemos escuchado su discografía. Un directo potente, enérgico, canciones con una voz potente y mucho ritmo que invitan a bailar. Suenan como si Franz Ferdinand y The Killers tuvieran un hijo. Es el momento de sacar los movimientos que teníamos reservados para Joe Crepúsculo, como Miguel (mi compañero de festivales por antonomasia), que se mueve como si La Fica se hubiera transformado una discoteca ochentera, como si el propio Harry McVeig le gritara desde el escenario que bailara por su vida al ritmo de la apoteósica “Bigger tan us.”
Con Las Chillers ocupando el escenario Punta Este con algo que, según oigo comentar, suena a rayos y a fiesta de pueblo, solo nos queda el plan B al que me veo literalmente arrastrada: Second. Dicen que 23.000 personas pasaron por el WAM sólo el viernes. Me atrevo a añadir que incluso sólo en Second, la leyenda del panorama pop murciano. Cuando sueltan “Muérdeme” decido que he tenido suficiente. Mientras tratamos de salir de la marabunta no dejo de darle vueltas a cómo puede ser este el concierto más multitudinario, más exitoso de la jornada. Cuando vuelvo a conectar, oigo a Miguel diciendo que en realidad la letra es mucho más compleja de lo que parece. “¿De “Muérdeme”? ¿En serio, Miguel?” “¡No, hombre! –Me mira frunciendo el ceño-. De “Pisciburguer”. Es utópico, si te paras a pensarlo. Hamburguesa y cloro, joder.” ¡Maldito Joe Crepúsculo!
Es innegable que Second cuentan con la gran baza de un directo potente y enérgico, pero eso de los estribillos repetidos en bucle y el abuso de la rima consonante me supera. Me veo obligada a retirar el “pues suenan bien” que les concedí con la primera canción.
Cuando camino hacia la salida del recinto, veo que la zona de césped y el escenario de DJs ahora son coto privado de las pulseras VIPs. Al otro lado de la valla un DJ está pinchando “Chinches” de Amatria. Mientras pongo rumbo a casa me llevo la mano al bolsillo y saco mi móvil, que no deja de vibrar con mensajes de audio de “Rincón exquisito” de Second.
Producciones Baltimore ha traído el WAM a Murcia, el nuevo festival que da el pistoletazo de salida a la temporada festivalera. Una nueva promotora, un nuevo nombre, pero poca variedad y viejos conocidos en su cartel al final del día.