Tras un agotador y kilométrico viaje en bus, llegábamos a Vilanova rodeado de buenas sensaciones y con las expectativas muy altas: el Vida Festival nos ofrecería en los días siguientes conciertos de muy alto nivel que, finalmente, consiguieron no defraudar a nadie.
Nuestro Vida Festival comenzó en el idílico escenario de La Cabana, el particular escenario Jägermusic del festival, y paradójicamente, lo hizo con Alien Tango, paisanos de este magazine. Sin duda, es imposible hablar del grupo murciano sin nombrar a su frontman Alberto (Aitite), quien con sus interpretaciones excéntricas de las canciones, funcionó de gancho idóneo para agrandar los hits que forman la corta discografía del cuarteto. Si te gustan Unknown Mortal Orchestra o Foxygen, no puedes dejar pasar de largo a estos murcianos y sus hits ‘Sexy Time’ o ‘Dancing in the Void’.
Aún sin pisar los escenarios grandes, pusimos rumbo a la Cova, escenario patrocinado por Movistar, donde nos esperaba el pop de los madrileños Rusos Blancos. Si bien es cierto que en un principio la voz sonó ligeramente artificial, finalmente, las hipnóticas líneas de bajo y las pegadizas melodías acabaron por imponerse y temas como ‘Insuficiente’, ‘Damas de la nobleza’ (ambas de su último ‘Museo del romanticismo’) o ‘Camas y Trincheras’ postularon a Rusos Blancos como una de las revelaciones del festival… hasta el momento.
La noche tuvo sin duda alguna su momento álgido con el concierto de los franceses Phoenix. Traían nuevo disco debajo del brazo, ‘Ti amo’, y pese a dar el pistoletazo con la homónima, automáticamente nos dejaron tres trallazos incluidos en los ya clásicos hits del indie mundial. ‘Lasso’, ‘Entertainment’ y ‘Lisztomania’ valieron para postular al de Phoenix como el mejor concierto del día (algo que ya esperábamos en primera instancia). Con un batería que tiró en todo momento del concierto, ya para los momentos finales nos recordaron que su discografía es sinónimo de hits y nos deleitaron con la brutal ‘1901’.
Sabiendo que poco podía mejorar lo vivido hasta el momento, nos acercamos a ver cómo funciona la propuesta de Las Bistecs en directo. Sin llevar tampoco unas expectativas considerables, nos dimos cuentas que no merece la pena dejarse caer por un concierto de las catalanas, puesto que finalmente, sólo acabas disfrutando dos o tres de los temas que forman parte de su repertorio y que, sin duda, son más que acertados.
Enfilamos el final de la noche con dos subidones de energía y de desfogue. Por un lado, el locurote del one-man-band King Cayman nos dejó la sesión de punk de la noche, disfrutando de los pogos que el público asistente se animó a reventar y flipando con la cantidad de ruido que él solo pudo llegar a formar. El último de los artistas de los que disfrutamos fue el encargado de cerrar el festival junto a nosotros. La electrónica de Erol Alkan sin duda hubiera funcionado si hubiéramos estado mucho más metidos en su set, pues sin duda el londinense es uno de los nombres idóneos para este tipo de cometidos.
Fotografías de Vida Festival.